Nuestro campo ¿Dónde estamos?
 
 
     
 
 

Protegerían las lagunas Encadenadas

 
     
 

Un instituto científico propone aprovecharlas para desarrollar emprendimientos no contaminantes

 
     
 
Chascomús se está rellenando a razón de dos centímetros por año 
Están diseñando una nueva planta de tratamiento 
Planean cultivar pejerreyes y hongos
 
     
 

Por iniciativa del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas-Tecnológico de Chascomús (IIB-Intech) es posible que las lagunas Encadenadas ingresen en la lista de áreas naturales de la Convención Internacional Ramsar de Protección de Humedales.

La Argentina tiene ya otros lugares bajo esta jurisdicción, pero lo novedoso del caso Chascomús es que el área protegida nacería acompañada de todo un complejo proyecto biotecnológico. "Para mantener la belleza y el silencio de ese paisaje hay que darle tecnología, industria y trabajo", resume el doctor Carlos Frasch, director del IIB-Intech.

Las tecnologías que tiene en cocina este instituto están, justamente, ligadas a la cocina. Pueden ser la base de industrias no contaminantes, intensivas en trabajo y visualmente no invasivas. Tratarían de transformar las "contras" ecológicas del lugar para la producción tradicional de cultivos a granel en ventajas competitivas para la exportación nada tradicional de alimentos premium . Y todo sin alterar la vasta tranquilidad de estas seis lagunas.

     
  Uso racional de humedales  
     
 
"Un humedal Ramsar es un ecosistema donde puede vivir y trabajar mucha gente, pero todo bajo ciertas normas de uso racional y sustentable", aclara el licenciado Guillermo Lingua, de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
 
 
 
 

La Convención Ramsar se reunió por primera vez en la ciudad iraní homónima en 1971 para frenar la degradación mundial de los humedales. El paraguas Ramsar protege hoy 103 millones de hectáreas en más de 1233 sitios en 133 países, desde Canadá a Mónaco.

 
 
 
 

Los humedales son los más eficientes sistemas de depuración de las aguas superficiales, amén de los criaderos más importantes de avifauna residente, así como estaciones de servicio indispensables para la migratoria.

 
 
 
 
Contrariamente a lo que se pensaba, producen servicios bioeconómicos por miles de millones de dólares anuales sólo por existir.
 
     
 
     
 

Transformar desventajas

 
     
 

"En el IIB-Intech quieren transformar desventajas en ventajas -dice el doctor Rodolfo Ugalde, de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) de la provincia de Buenos Aires-. Ya que en la Pampa deprimida siempre fueron imposibles la soja, el trigo o el girasol, y dado que hasta la ganadería extensiva tiene problemas, el instituto propone criar pejerreyes para Japón. O cultivar hongos para Europa o el mercado interno. Pero, sobre todo, quiere conservar las lagunas, una de las cuales -Chascomús- tiene problemas severos de colmatación y podría desaparecer en décadas."

 
 
 
 

El perfil ecológico y productivo que la provincia y Chascomús elijan durante estos años tendrá consecuencias visibles no sólo para la población, sino para la propia geografía. No es sólo la juventud la que puede irse. Pueden desaparecer al menos dos de las seis lagunas.

 
 
 
 

El IIB-Intech viene monitoreando desde la década pasada la dinámica hidrológica y química de las seis lagunas encadenadas que componen el sistema. Diagnosticó que la segunda laguna desde la cabecera del sistema, Chascomús (hoy con aproximadamente 1,20 metro de profundidad media), se está rellenando a razón de 2 centímetros por año.

 
 
 
 

¿Por qué sucede esto? Las aguas están hiperfertilizadas por los fosfatos y nitratos cloacales vertidos por la ciudad, de modo que las algas y plantas acuáticas crecen de un modo desmedido y a su muerte terminan formando barros que sedimentan en el fondo. Lo mismo sucede en el tercer eslabón de la cadena, la Adela , vecina inmediata aguas abajo de Chascomús.

 
 
 
 

"De los treinta kilómetros cuadrados que mide hoy Chascomús hay decenas de hectáreas de pajonal costero que hace dos décadas eran extensiones de agua despejada", dice el doctor Alejandro Mariñelarena, limnólogo del Instituto Ringuelet, que trabaja en estrecha colaboración con el IIB-Intech, la municipalidad de Chascomús y la JICA (Agencia Japonesa de Colaboración Internacional) para remediar el problema.

 
 
 
 

La solución puede ser una planta biotecnológica de tratamiento que se está diseñando en el IIB-Intech. Está más basada en la energía fotosintética de las plantas nativas que en bombas y filtros. Su construcción está por iniciarse y complementará la frágil y superada planta convencional ya existente.

 
 
 
 

La Argentina tiene ya otros once "sitios Ramsar", con un total de un millón de hectáreas protegidas. Algunos son gigantescos y muy biodiversos, como los bañados del Iberá, con 240.000 hectáreas , una espectacular fauna de grandes mamíferos, reptiles y aves y casi el lugar de nacimiento del movimiento de estancias turísticas en la Argentina. Otra celebridad Ramsar argentina es la laguna de Llancanelo, en Mendoza, con sus célebres flamencos rosados.

 
 
 
 

La costa de la bahía de Samborombón, también Ramsar, es una estación de servicio -en primavera y verano- para la avifauna migratoria de playeritos y chorlos, pero gracias al barro, los mosquitos y la absoluta falta de promoción carece casi de población humana fija y raramente recibe visitantes implumes, salvo cazadores furtivos de ciervitos pampa. En suma, ser Ramsar a veces garantiza un grado de protección biológica, pero no asegura éxito económico. Eso es trabajo adicional.

 
 
 
 

Dado que para mal de la ganadería local el cambio climático está haciendo de la Pampa deprimida un sitio cada vez más inundable, la idea del IIB-Intech es cultivar el pejerrey bonaerense y exportarlo a Japón, donde ya hay un mercado que paga 12 dólares la tonelada fresca y 25 la viva.

 
 
 
 

Otro modo de capitalizar las desventajas puede pasar por los hongos. En esta zona los hay de todo tipo. Los expertos del IIB-Intech ya desarrollaron paquetes agrotécnicos para las tres especies más buscadas (champignones, gírgolas y shiitakes ), pero además está tratando de "poner en valor" las especies puramente locales, totalmente desconocidas para el mundo.

 
     
 

Por Daniel Arias 
Para LA NACION

 
 
     
 
Susana Caquineau © 1999-2006